MANIFESTACIÓN A LAS 18:30h
ALICANTE: IES Jorge Juan
CASTELLÓN: Plaza María Cristina
VALENCIA: Plaza San Agustín
En
contra de la segregación y la privatización: se apoya con dinero público a los centros que segregan por sexos y se crean bachilleratos concertados en zonas
donde ya hay bachilleratos públicos suficientes. El recorte, por lo tanto, no es económico sino ideológico.
En contra
del despido de miles de compañeros por el aumento de la ratio (número de
alumnos por profesor) y el aumento de horas lectivas que conlleva una
disminución en la calidad de la enseñanza: menos atención individualizada,
menos contacto con las familias, menos tiempo de corrección y preparación, etc.
En contra de la especialización de bachilleratos por centros: lo que conlleva
aumento de ratios, desaparición de modalidades de bachillerato en los centros y
la imposibilidad de algunas personas para poder hacer bachillerato por
distancia, dinero o porque queden en lista de espera como pasa actualmente con
la formación profesional.
En contra de la formación profesional dual: donde la
"docencia" se podrá impartir de un treinta a un cien por cien en las
empresas creando así mano de obra barata que además nunca recibirá una
educación completa. Por supuesto nada de formación y
orientación laboral que queda sustituida por el "espíritu
emprendedor". Lo que lleva a conocer sólo las estrategias para formar una
empresa pero no tus derechos laborales.
En contra del distrito único para
favorecer a la concertada: hasta ahora los alumnos tenían un distrito asignado
y debían ir al centro que tienen más cerca lo que está en consonancia con el
principio de universalidad que te permite acceder al servicio por cercanía y
que no conlleve un gasto añadido por desplazamiento. El principio de
universalidad entiende que los profesionales están igual de preparados y por lo
tanto el servicio será igual y además podrás acceder a él de una manera
sencilla. Las concertadas tienen el camino libre para filtrar más aún a su
alumnado. No tendrán que admitir alumnos por cercanía y, si ya hacen lo que
quieren para seleccionar, pues ahora la ley se lo pone en bandeja. Esto irá unido a los rankings por centros que quieren elaborar. La posición en el ranking dependerá de la nota media del centro. Dependiendo de su posición recibirá una retribución económica. Lo que llevará a que la elección de centro sea una lucha donde el principio de universalidad que se presupone a cualquier servicio público queda borrado de un plumazo. La educación no busca inculcar valores de competición sino valores de solidaridad, tolerancia, libertad, fraternidad...
En contra
de las evaluaciones externas: las mal llamadas revalidas. Como si nuestro trabajo, que precisamente,
es evaluar no valiera para nada. Al finalizar tercero de ESO, por ejemplo, deben hacer un
examen que marcará la vida académica del alumno. Elegirá ya en ese momento si
se presenta al examen para hacer bachillerato o formación profesional. Eso sin
olvidar que los itinerarios (elección de asignaturas de ciencias o letras en tercero) le habrán echo elegir desde bien joven
aquello que quiere estudiar sin marcha atrás. Una educación obligatoria es un derecho y debe
ser general para despertar en el alumno las ansias de saber, de conocer su
entorno, de conocerse a sí mismo. Todo esto sin hablar de que el personal que
se dedicará a esto será un personal puesto por la administración que no está
sometido a un proceso selectivo. Alimentando así lo privado sobre lo público. Todos pagamos para que haya profesionales libres que evalúen a nuestros estudiantes. ¿Por qué pagar dos veces por un trabajo que ya se hace de manera libre y digna?
En contra de la perdida del espíritu
democrático en los centros educativos: la figura del director la decidirá la administración. El director y su equipo son un órgano representativo de la
comunidad educativa que debe velar por los intereses de ella y no por los
intereses económicos e ideológicos de la administración... En esto consiste el trabajo de un funcionario, en hacer su trabajo con libertad sin depender del poder político que esté en el gobierno en uno u otro momento. Todo esto sin hablar de la dedocracia: la ley prevé que un porcentaje del personal docente sea elegido por el director. Se refiere al caso de los profesores interinos. Todos sabemos como funciona
esto y no es de la mejor manera posible.
Estas y otras muchas razones hoy me hacen ir a la huelga, hoy y siempre me harán levantar la voz aunque sea desde el rincón más pequeño. Aquí no hablo de sindicatos, ni partidos políticos... Hablo de políticos con mayúsculas... De todos nosotros... Los ciudadanos...
Mucha fuerza a todos los ciudadanos. Los ataques que sufrimos no están dirigidos sólo en contra de la educación, sino en contra de la democracia y la libertad.
Un saludo, compañeros.
Fernando Blaya
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